sábado, 8 de octubre de 2011

“Sentí que Evanescence me quitaba la identidad”

ENTREVISTA A AMYLEE:   
                                                         SWEET   SACRIFICE

Habiéndose alejado de una de las bandas más exitosas de la última década, y habiendo pasado los últimos tres años fuera de las luces,  la vocalista de Evanescence, Amy Lee, está de vuelta rockeando más que nunca.
 “Muchas veces conozco gente y ellos están como: “Wow, eres muy agradable”, dice la radiante Amy Lee, vocalista de los etéreos cazadores de mapas Evanescence. “¿Habrán pensado que yo sería una perra sólo porque no salgo sonriendo en la carátula del álbum?”. Si todo lo que conoces de Amy Lee es su penetrante mirada matadora, su fantasmal traje victoriano, y el pisoteo de unas botas aplasta-cráneos largas hasta el mentón, entonces estás muy lejos. La mujer que una vez cantaba sobre soñar en oscuridad y dormir para morir como en “I dream in darkness, I sleep to die”  se describe rápidamente a si misma como una  “persona feliz” y “libre de dramas”. En el escenario ella es un abominable tornado de vida eterna y muy segura de sí misma, pero al estar en privado admite: “Es muy raro que la atención se centre en ti todo el tiempo, desde que uno se levanta hasta cuando me arreglo el cabello o me maquillo; todo el día dando entrevistas acerca de ti mismo y de tus más profundos pensamientos. No soy de esas celebridades a las que al fin y al cabo les encanta esa atención. Apesta cuando es todo acerca de ti, todo el tiempo.
¿Y por haber sido votada como la chica Revolver más sexy del Hard Rock Metal?
“Vamos, todo eso no es real.” Dice ella, “Nadie pensaría que yo era la chica más sexy del Metal si no me hubiera puesto un montón de maquillaje y hubiera tenido a todo un equipo trabajando en mi toda la mañana, te lo garantizo”.
Este otoño, su banda lanza Evanescence (Wind-up), su primer álbum en cinco años, mezclando magistralmente su obsesión de por vida con el pulso cósmico de la música electrónica, con una inspiradora versión tipo himno de elevaciones vertiginosamente desesperanzadas.
Mientras la máquina promocional avanza implacablemente, Lee no tiene más que reír con la idea de ser el Sex symbol más visible del Heavy Metal. “Ayer estábamos viendo el primer corte del video musical (y primer single) What You Want”, dice ella, “lo estaba viendo con los chicos, y estaba esa escena donde salgo con cara de mala caminando en el puente de Brooklyn, y Tim (McCord, bajista) se empezó a reír”. Estás haciendo esas caras realmente sexys de malvada y luego te volteas haciendo ji ji ji, riéndote para ti misma, porque es tan sobre-actuado”. “Supongo que sería fácil lograrlo, si es eso lo que realmente importa para ti, si sólo querías ser famoso y querías que la gente te amara de una manera superficial sin conocerte en realidad”, continúa Lee, “pero creo que lo que les gusta de mi a los fans, es específicamente que no me tomo eso tan en serio, que en verdad no me creo el ser tan genial. Lo que soy la mayor parte del tiempo, es el estar sentada en pijama hasta las 4 de la mañana, sin maquillaje, en el estudio, craneando nuevos y raros sonidos”
Lee se ve a sí misma notablemente diferente de esa persona gótica y enormemente melodramática. Y esa es parcialmente la razón por la que en el 2007, pareció haberse ido de la faz de la tierra, dejando atrás a una de las bandas más comercialmente exitosas de la última década. “Había estado completamente obsesionada con Evanescence desde que era una adolescente” dice Lee con ahora 29 años, quién empezó en la banda en Little Rock, Arkansas; en 1995. “Supongo que de alguna forma, sentí como que eso se había llevado un poco mi identidad y tenía que romperlo y ser yo misma, simplemente vivir una vida normal como un adulto”


 
Antes de su hiato auto-impuesto, Evanescence había estado en tour implacablemente desde el 2006 hasta el 2007, era algo extasiante, pero Lee dice que ser la “Amy Lee de Evanescence” 24 horas al día, los 7 días de la semana, era posiblemente sólo un drenante.  “Es difícil tener siempre una sonrisa en el rostro y decir: ´Todo está bien, ¡compra mi álbum!´ cuando en tu vida están pasando cosas más importantes.” Dice ella, “es decir, Evanescence es algo inmenso para mi, pero ¿cómo puedo pretender que sea más importante que mi familia? Me perdí de muchos días de acción de gracias y reuniones familiares. Después del tour le dije absolutamente a los chicos, ´oigan, no sé si volveremos a hacer ésto´” dice ella. A fines de ese año se fue con sus propios medios, tomándose un descanso de 18 meses perdida en la cuidad de Nueva York. El guitarrista ya desde hace mucho tiempo Terry Balsamo, pareció ciertamente en shock con la noticia y no estaba completamente seguro que ella fuera a volver. “Sabes, honestamente, desde que estoy tocando con Amy hemos sabido que ella iba a tener que hacer algo más por un segundo” dice él. Temporalmente Amy fue atizando alrededor de la ciudad de Nueva York, con algo cercano al anonimato, congelándose en la parte de atrás de los shows de rock-indie con una copa de vino en la mano, cocinando para sus amigos y jugando con sus gatos; comenzó a tomar lecciones privadas de harpa. Amy Lee, una super-estrella con alrededor de 20 millones en venta de discos bajo su cinturón de cuero, estaba contenta al confundirse entre las personas. “He sido capaz de volver a ser yo, ser una gran nieta” dice ella.
Sin embargo, Lee es rápida para agregar: “Inevitablemente amo la música, y no puedo evitar crearla” Después de un tiempo trató de volver a escribir canciones pasando por una pocas etapas musicales. Inspirados por la muda y barbuda ola de Folk-indie contemporáneo, ella y McCord escribieron un puñado de canciones justo a la vena de sensibles razgueadores como Band of Horses y Ray LaMontagne. 
La siguiente etapa de Lee fue decididamente más elaborada: Se encerró a sí misma en un estudio de la cuidad de Nueva York con el productor de super-estrellas Steve Lilywhite (U2, Dave Matthews Band, Rolling Stones), en un intento por hacer el siguiente álbum de Evanescence, un conjunto de canciones “rítmicas y sarcásticas” inspiradas por el rock electrónico y futurista de Depeche Mode, Massive Attack y Portishead. Describiendo las sesiones como completamente indulgentes, Lee satisfizo cada uno de sus antojos, enganchándose de texturas del espacio exterior pre-programadas por su colaborador Will “Science” Hunt. (No confundir con el actual baterista de Evanescence Will Hunt), arrendando unos tambores japoneses Taiko, y encargando arreglos de cuerda. Había sólo un problema: no era un álbum de Evanescence.
“Al hacer lo que fuera que se me antojara hacer, me di cuenta que me perdí una parte gigante del por qué me encanta hacer música” dice Lee, “es por la banda”. Era difícil retroceder y volver, ya sabes, estoy siendo tan indulgente que no suena tal como quiero que suene. No estaba lista porque me seguía rebelando un poquito en contra de Evanescence. Estaba en una encrucijada donde sólo podía hacer alguna rara grabación de Björk, o podía empezar a hacer lo que sentía como la próxima gran inspiración que estaba teniendo: que era volverme a enamorar de la banda. En verdad me alejé mucho, y luego empecé a tener un Renacimiento con respecto a Evanescence.”
Como segundo bosquejo, Lee buceó dentro de su banda. Por primera vez en la historia de Evanescence, el grupo escribió sentándose en una habitación y encasillando ideas que rebotaban del uno al otro, haciendo todos los arreglos juntos. Balsamo dice: “cuando ella guiaba la banda” pero ahora estaban con el espíritu de trabajar simbióticamente con una banda de rock metálico. La mayoría de los pitidos venían por cortesía del programador principal Chriss Vrenna de Nine Inch Nails, cuyas texturas aparecen en cada una de las canciones. Evanescence estaba de vuelta tan fuerte como siempre.
El primer single, la furiosa, chisporroteante-robótica y electrónica al estilo Tool, What You Want, es acerca del caos de la vida, pero a Lee le da gusto esa doble intención que hay en el coro: “Hello, hello, remember me? I´m everything you can´t control” dice ella: “esta canción es acerca de ser valiente, acerca de aprovechar las oportunidades y de hacer una banda que ha tocado exactamente 3 veces después de su receso en el 2007. Estaba nerviosa porque con todo el tiempo que había pasado me sentía como ´espera un minuto, ¿aún soy una rockstar? ¿Es realmente cierto? ¿Y si ya no puedo hacerlo porque he cambiado mucho? Dice Lee; “pero el primer show de regreso fue asombroso, tan pronto como puse un pie en el escenario, supe qué hacer. Volvió sólo, como automático… aún sigo atándome mis botas con correas y salgo a patear algún trasero. La respuesta es sí, se siente como yo,  es sólo que es una parte de mí que no había salido en algún tiempo.

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